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Catástrofes naturales 2024: un 39% de las pérdidas estaban aseguradas, pero la brecha sigue siendo enorme

Actualizado: 13 feb

Aon ha presentado su informe anual ‘2025 Climate and Catastrophe Insight Report’, que proporciona un análisis global de las catástrofes naturales y el clima, destacando las principales tendencias y los impactos económicos de los fenómenos meteorológicos extremos durante 2024.



Según el informe, las catástrofes naturales a nivel mundial provocaron pérdidas económicas que ascendieron a 368.000 millones de dólares en 2024 (397.000 millones en 2023), siendo los huracanes y las tormentas convectivas severas (SCS) en EE.UU. los eventos más costosos. Este valor representa un 14% por encima de la media del siglo XXI y marca el noveno año consecutivo con pérdidas superiores a los 300.000 millones de dólares.


Greg Case, CEO de Aon, destacó que “los devastadores eventos de 2024 subrayan el alto coste económico del riesgo climático. Este informe, junto con la tragedia ocurrida en California a principios de 2025, evidencia que el clima extremo sigue siendo una fuerza potente que agrega complejidad y volatilidad a las empresas y comunidades, y resalta la necesidad urgente de soluciones innovadoras para hacer frente a este desafío creciente”.


El informe señala varias tendencias clave en las pérdidas por catástrofes naturales:

  1. Fenómenos meteorológicos más frecuentes y costosos: Las pérdidas aseguradas en 2024 fueron un 54% superiores al promedio del siglo XXI, cubriendo 145.000 millones de dólares de los 368.000 millones en daños. Sin embargo, el déficit de protección se mantiene en un 60% (frente al 68% de 2023), lo que supone una carga financiera significativa para las comunidades, empresas y gobiernos. La creciente población, riqueza y exposición a riesgos naturales en zonas vulnerables sigue siendo un factor clave en el aumento de las pérdidas.

  2. Huracán Helene, el más costoso: El huracán Helene, que tocó tierra en EE.UU. en septiembre de 2024, causó pérdidas por 75.000 millones de dólares y dejó 243 víctimas mortales. Por su parte, el huracán Milton, en octubre, registró las mayores pérdidas aseguradas, con un total de 20.000 millones de dólares. El 78% de los siniestros se produjeron en EE.UU.

  3. Aumento de pérdidas por tormentas severas: En 2024, se registraron al menos 54 eventos de tormentas severas con pérdidas económicas superiores a los 1.000 millones de dólares, superando el promedio de 44 siniestros. La mayor exposición a estos riesgos aumenta la probabilidad de catástrofes millonarias, especialmente a medida que las áreas urbanas en EE.UU. se expanden hacia zonas comúnmente afectadas por estos fenómenos, como Dallas, Houston o Denver.

  4. 2024, el año más cálido registrado: El informe también destaca que 2024 fue el año más cálido de la historia, con 20 países y territorios alcanzando temperaturas récord. Este año también marcó el fin de 15 meses consecutivos de temperaturas máximas mundiales en agosto.


A pesar de que las pérdidas aseguradas en 2024 fueron significativas, con un incremento del 54% respecto a la media del siglo XXI, sigue existiendo una gran brecha de protección. El déficit de un 60% refleja la falta de cobertura en áreas de alto riesgo, lo cual es preocupante en un contexto donde los fenómenos meteorológicos son más frecuentes y devastadores. Este dato resalta la vulnerabilidad de las comunidades y empresas frente al cambio climático y la necesidad urgente de una mayor inversión en resiliencia y en el desarrollo de soluciones innovadoras, como seguros más accesibles y tecnologías que ayuden a predecir y mitigar los efectos de estos desastres.


El impacto de los huracanes, especialmente Helene y Milton, muestra cómo estos eventos son cada vez más destructivos, no solo en términos de pérdidas económicas, sino también de vidas humanas. La expansión de las ciudades en zonas de alto riesgo, como en EE.UU., continúa siendo una de las principales causas del aumento de pérdidas, lo que nos lleva a cuestionar cómo las políticas urbanísticas y de gestión del riesgo deben evolucionar.


Aunque se han registrado mejoras en los sistemas de alerta y la planificación de evacuación, como lo demuestra la disminución en las muertes por catástrofes naturales en comparación con la media del siglo XXI, todavía queda mucho por hacer. Los riesgos naturales son una amenaza constante, y una mayor colaboración público-privada es crucial para reducir las brechas de protección y fomentar una resiliencia económica sostenible.


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En un entorno de riesgo creciente, como el que hemos visto en 2024, contar con un seguro adecuado es crucial para proteger tus bienes, tu hogar y tu negocio frente a catástrofes naturales. Wilma ofrece soluciones personalizadas y accesibles para asegurar tu tranquilidad en momentos de incertidumbre. Además, gracias a nuestra tecnología avanzada, garantizamos que puedas contar con cobertura oportuna ante los daños de un huracán, minimizando las pérdidas económicas y facilitando la recuperación.


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