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Cuando llega un huracán, no llega solo

Un huracán no solo trae viento y lluvia. Trae incertidumbre, miedo y muchas veces una sensación de estar a la deriva. Pero también revela algo profundamente nuestro: la capacidad de cuidarnos entre todos.


En Wilma, no hablamos de clientes. Hablamos de comunidad. Porque protegernos a nosotros mismos también es proteger a quienes nos rodean.


Aquí nadie se queda solo

Cuando un huracán impacta, no afecta únicamente tu casa, tu auto o tu negocio. Afecta tu calle, tu colonia, tu gente. Por eso, nuestras membresías están diseñadas para proteger por ciudad completa, no por coordenadas exactas. Porque cuando protegemos a todos, es más fácil levantarnos juntos.


Indemnización en 20 días: oxígeno para la comunidad

Cuando el dinero llega rápido, no solo te ayuda a ti. Ayuda a reactivar la economía local. Permite pagar servicios, adquirir lo necesario, mover recursos. Esa ayuda inmediata se convierte en un impulso colectivo que hace avanzar a toda la comunidad.


Salir adelante es personal, pero también colectivo

En Wilma creemos que proteger va más allá de reponer pérdidas. Se trata de reducir la incertidumbre, sí, pero también de acelerar la recuperación y fortalecer el tejido social. Ayudas a otros a seguir trabajando, vendiendo, sirviendo. Así se genera un círculo virtuoso: la reconstrucción empieza no solo por lo que tienes, sino por lo que compartes.

 
 
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